¿Qué es la Web 3.0?

Imagen de una persona haciendo deporte en la Web 3.0
¿Quieres saber cómo será la Web 3.0? ¡Sigue leyendo!

Esta clase pertenece a nuestro curso 100% gratuito de Web 3.0. Es un curso para realizar de forma secuencial, si ya hiciste esta clase o si te perdiste alguna anterior puedes acceder al índice del curso aquí.

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Ya hemos viajado al pasado y hemos comprendido el surgimiento de la Web 1.0 y de la Web 2.0. Ya hemos hablado sobre los problemas de la Web 2.0. Y ahora vamos a hablar de la solución y las mejoras que la tecnología nos ofrece para mejorar la Web 2.0. Aunque hablar de mejoras es quedarse corto. La Web 3.0 es una revolución, es algo tan disruptivo como mínimo como lo fue el nacimiento de Internet.

Ahora bien, la Web 3.0 aún no ha nacido. Es algo hacia lo que vamos encaminados, y poco a poco se está conformando un ecosistema que nos permitirá llegar hacia ella. Pero a día de hoy la Web 3.0 como tal no existe. Sí que existen partes del ecosistema claro. Partes que creemos que conformarán el ecosistema. Pero, estamos en un momento tan incipiente de la Web 3.0, que sólo podemos hablar de lo que ya tenemos, de las intenciones de los actores tecnológicos involucrados e imaginar hacia qué mundo vamos. Lo más normal (si todo va bien) es que entre 2030 y 2040 la Web 3.0 sea el estándar en Internet, y la Web 2.0 quede arrinconada como ahora está totalmente arrinconada la Web 1.0. Puede llegar antes, por supuesto. Más tarde de 2040, lo dudo mucho. Pero en fin, pasemos a hablar de las distintas partes del ecosistema de la Web 3.0, para responder a la pregunta de la clase de hoy: ¿Qué es la Web 3.0? Pues sigue leyendo…

Blockchain: el punto de partida de la Web 3.0

Bitcoin
¿Sabes qué es una blockchain? ¿Y qué es bitcoin? Pues sigue leyendo y lo sabrás…

Si recuerdas lo que vimos en la clase anterior, esto de dejar la economía mundial en manos de políticos no es algo que haya sido muy óptimo para muchos países. Pues bien, en plena crisis económica, el 31 de octubre de 2008, se publicó un paper que cambiaría la historia de la Ingeniería Informática: «Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System«. Este paper se envió a través de una lista de correo y su autor usó el alias de Satoshi Nakamoto. La identidad del autor es anónima, y no sabemos si es una persona, un grupo de personas etc. Lo que sí podemos afirmar es que Satoshi Nakamoto sabía mucho de computación, de matemáticas y de criptografía. En esta clase no vamos a profundizar mucho en qué es una blockchain y qué es Bitcoin, ya que de ello hablaremos en clases posteriores. Aquí simplemente daremos unas pinceladas para empezar a familiarizarnos con la tecnología.

Básicamente, Satoshi Nakamoto hablaba en su artículo de dos conceptos básicos. El primero, la base de todo, es la blockchain: una base de datos descentralizada en una red P2P, con mecanismos criptográficos que hagan prácticamente imposible la modificación de la información que ya ha sido guardada en la base de datos. Y, funcionando sobre la blockchain, tendríamos a Bitcoin (BTC): una moneda digital. Una moneda que es deflacionaria, ya que sólo pueden existir 21.000.000 de Bitcoins en circulación. Jamás existirán más Bitcoins.

Vamos a masticar un poco estos conceptos, por si no te ha quedado claro. Una base de datos descentralizada significa que esta base de datos no se aloja en un punto único, sino en miles o millones. De este modo, todos aquellos que tienen la base de datos en su ordenador tienen todos los datos de la blockchain (ya nos adentraremos en esto más adelante). La criptografía es un área que se encarga de aumentar la seguridad de la información, de forma que sólo puedan acceder a una determinada información aquellos a los que va destinada y ninguna otra persona.

Y, ahora, vamos a poner algunos ejemplos prácticos de la revolución que supone Bitcoin. Con Bitcoin un político no puede darle al botón de imprimir más dinero. El sistema no se lo permite. Con Bitcoin las transacciones quedan registradas en la base de datos y es prácticamente imposible su modificación. Esto dificultaría enormemente la corrupción, ya que todo queda registrado y tiene, literalmente, a millones de personas observando. Evidentemente, Bitcoin tiene muchos problemas también: genera enormes problemas ecológicos, tiene una baja capacidad de transacciones por segundo etc. pero esto lo abordaremos también más adelante.

Lo importante es la siguiente idea: con la Blockchain tenemos un sistema de guardar información de forma descentralizada usando redes P2P y con información prácticamente inmutable. Con Bitcoin, tenemos un sistema económico que funciona sobre la Blockchain que contribuye a solucionar grandes problemas de las sociedades modernas: inflación, corrupción etc.

Aplicaciones descentralizadas: DApps

Apps
¿Aplicaciones descentralizadas? ¿Dapps? Sigue leyendo…

Las Decentralized Applications (DApps) o Aplicaciones Descentralizadas también se basan sobre blockchains y tienen los mismos beneficios (y problemas) que las blockchains que usamos ahora mismo. No hay un sólo tipo de blockchains, sino varios, pero esto ya lo veremos más adelante. De momento, nos quedamos con la idea de blockchain que hemos abordado hace nada. Y, en el caso de las DApps, lo que funciona sobre la blockchain no es Bitcoin, sino una aplicación como las que usamos actualmente, pero descentralizada.

Vamos a comprenderlo mejor con un ejemplo: el Sistema Nacional de Salud de España. En la actualidad, cada Comunidad Autónoma de España tiene su propio sistema informático de Salud. Y esto, genera tremendos problemas, como por ejemplo el hecho de que si un ciudadano ha vivido siempre en Galicia pero de repente se muda a La Rioja, por ejemplo, pierde su historial médico. O, mejor dicho: su historial médico está en el sistema informático de la Sanidad de Galicia, pero como vive en La Rioja, y La Rioja tiene su propio sistema informático de la Sanidad de La Rioja, el médico que le atienda no va a poder acceder a su historial médico. Y esto es un grave problema. Además, las instituciones públicas españolas no gozan precisamente de las mejores medidas de ciberseguridad y durante los últimos años ya la prensa ha publicado varios ciberataques sufridos por ellas. Por tanto, al ser información centralizada y vulnerable (hablo en líneas generales, no del sistema informático de la Sanidad de una Comunidad Autónoma en concreto, ya que desconozco dichos detalles), el ciudadano podría perder su historial médico con relativa facilidad, con el peligro para la salud que ello implica.

Ahora, imaginemos que el Sistema Nacional de Salud de España funciona sobre una blockchain y es, por tanto, una DApp. Para empezar, al ser una blockchain, es decir, una base de datos descentralizada que funciona mediante una red P2P, es un sistema muy resistente a problemas de ciberseguridad. Eso sí, la DApp, como todo software, es exactamente igual de vulnerable a problemas de ciberseguridad que las antiguas apps. Lo que estamos mejorando en cuanto a ciberseguridad es la base de datos. Por otro lado, al ser el ciudadano dueño de su historial médico, y no el Sistema Sanitario en cuestión, el ciudadano puede llevarse su historial médico adónde quiera. Si quiere que el médico pueda acceder a él, simplemente se lo facilitará. Todo queda registrado. La información no puede modificarse. Mayor seguridad para la información, menos burocracia y más libertad para el ciudadano.

Este ejemplo tiene, evidentemente, mucha más miga ya que lo he simplificado enormemente, pero esa es la idea de las aplicaciones descentralizadas o DApps: usar aplicaciones sobre blockchains para aprovecharse de las potentes características de las mismas. Un ejemplo de blockchain que ya ofrece DApps es Ethereum.

NFTs: propiedad privada digital

El Museo del Louvre, París
¿Qué tiene que ver el Museo del Louvre con los NFTs? Muy pronto lo sabremos…

De acuerdo. Ya hemos visto cómo hacer transacciones económicas con una criptomoneda sobre una blockchain (Bitcoin) y cómo tener aplicaciones que usan blockchains para ser aplicaciones descentralizadas (DApps, ya existen en Ethereum). Pero esto sólo es el principio de lo que se viene. El siguiente elemento que está ganando peso en la Web 3.0 se llama Non Fungible Tokens o Tokens No Fungibles, es decir, NFTs.

Si nosotros podemos almacenar en una blockchain datos de forma descentralizada y además inmodificable… Ello nos permitiría guardar información como «este fichero JPG pertenece a x persona que le ha comprado en x fecha a x antiguo propietario dicho fichero por x cantidad de euros«. Y ahora me dirás, ¿qué sentido tiene comprar un fichero JPG (JPG es uno de los formatos de imágenes más usados)? Puedo hacerle una captura de pantalla y tenerlo yo, ¿no? Bueno, no exactamente. En la blockchain queda reflejado exactamente a quién pertenece el fichero JPG. Que, puede ser, perfectamente, una obra de arte. Y se llaman NFTs precisamente porque sólo hay uno como él (no es 100% así, la idea es muy cercana a ésta, pero ya lo explicaremos con más profundidad más adelante). Es un token único, una propiedad única. No hay dos propiedades iguales. Vamos a comprenderlo mejor visitando en nuestra imaginación el Museo del Louvre, en París.

Me encanta el arte y he ido al Louvre a ver principalmente La Gioconda de Da Vinci y La Libertad guiando al Pueblo de Delacroix. Puedo hacerles una foto, recortarla, enmarcarla y ponerlas en el salón de mi casa. ¿Tengo por ello La Gioconda o La Libertad guiando al Pueblo en mi casa? No. Tengo una copia, una foto. La Gioconda o La Libertad guiando al Pueblo sólo hay una. Y con los JPG o cualquier otro NFT que compremos pasa igual.

Pues bien, eso es un NFT: propiedad privada digital. Sin necesidad de notarios. La validez de que ese NFT es tuyo recae sobre el sistema de blockchain. Pero ya hablaremos de eso más adelante. Quiero que pensemos ahora en aplicaciones prácticas de los NFTs, para que veas su potencial.

Imagen de un estadio de fútbol
Autores diseñando estadios de autor y vendiéndolos en un marketplace de un videojuego de fútbol como NFT. El futuro está más cerca de lo que te esperas. ¿Viajamos hacia él? ¡Sigue leyendo!

Digamos que me encanta jugar a un determinado videojuego (que funciona de forma descentralizada) de fútbol, dónde hay un marketplace de estadios de fútbol diseñados por usuarios del mismo juego y, al comprar ese NFT, puedo jugar como local en ese estadio de autor. Pero, pasado un tiempo, me he aburrido de jugar en ese estadio y me compro otro NFT de estadio de fútbol y ya no uso el anterior. Pues bien. A día de hoy, en los videojuegos tradicionales de 2021 (no descentralizados) te comerías el estadio que has comprado con patatas y ya está, es dinero que has invertido que no podrías recuperar. Sin embargo, en un videojuego descentralizado que implementa NFTs… Simplemente cogerías el NFT del estadio del que te has aburrido, lo venderías en el marketplace (y dicho NFT podría haber subido o bajado de valor), tu ganarías o al menos recuperarías una parte del dinero que te costó comprar dicho NFT del estadio y el creador del NFT se llevaría un porcentaje de la transacción como royalties. Si te das cuenta: todos salís ganando. El creador del NFT tiene su estadio como fuente de ingresos pasivos, tú recuperas parte de tu inversión o ganas dinero si tienes suerte con dicha venta, y otra persona puede disfrutar del estadio del que tú ya estás aburrido.

Quizás te parezca una idea muy extravagante. Quizás yo te parezca un futurista ingenuo. Te daré algunos nombres de compañías que van a entrar o que ya han entrado en el mercado de los NFTs: Disney, Adidas, Electronic Arts, McDonald’s, NBA, Coca-Cola… Por supuesto, esto es algo aún muy incipiente, ya que en el mundo cripto no se ha empezado a hablar de NFTs hasta 2021. Pero, ojo, que el ejemplo que te he puesto es una aplicación en un videojuego descentralizado, pero que esto puede dar mucho más de sí. Esto es sólo el principio. Sigue leyendo y sabrás de lo que hablo.

Viviendo Internet: el metaverso

 Metaverso
¿Qué es eso del metaverso? Sigue leyendo…

Octubre de 2021. Hace poco más de un mes. Mark Zuckerberg presentaba la visión por la que Facebook apuesta a largo plazo: el metaverso. Y, además, cambiaba el nombre de su compañía matriz: ahora no son Facebook, son Meta. Pero, ¿Qué será el metaverso? Pues bien, actualmente nos conectamos a Internet en pantallas 2D. Está bien en el sentido de que podemos comprar, consultar información, chatear, escribir en foros etc. Genial. Pero si de algo nos hemos dado cuenta desde que empezó la pandemia de COVID-19, especialmente durante el confinamiento, es que Internet dista mucho de la realidad. No es para nada igual de cercano ni de divertido el hacer una videollamada con un amigo que quedar en persona. Ahora nos conectamos a Internet, no lo vivimos. Y precisamente, esa es la propuesta de valor que nos ofrece el metaverso: vivir Internet. Puedes hacerte una idea más clara viendo algunas de las aplicaciones que se enseñaron en la presentación que hizo Mark Zuckerberg, aquí.

Ahora, te voy a contar cómo puede ser una tarde en el metaverso en el futuro. Tengo ganas de comprarme unas zapatillas nuevas, unas sneakers. Y, como me gustan mucho, me voy a ir al marketplace de Adidas, por ejemplo. Todo esto lo hago con mis gafas de realidad virtual puestas y me teletransporto en dicha realidad a dicho marketplace. Pues bien, allí veo las zapatillas como si estuviera en una tienda real, es decir, en 3D. No veo la tienda por una pantalla, sino que yo estoy dentro de ella. Cuando, al fin, encuentro unas zapatillas que me gustan, pago con una criptomoneda y me las llevo a mi casa de la realidad virtual. Las zapatillas (en el mundo físico de la realidad) tardarán quizás un día o dos en llegar a casa, pero ya todas las zapatillas traen con ellas su propio NFT. Y, gracias al NFT, ya dispongo de ellas para dejarlas en mi casa del metaverso. De repente, un amigo viene a mi casa del metaverso a hablar conmigo. Mi casa del metaverso es como Instagram, pero en realidad virtual y no sólo tiene fotos: puedes consultar mis NFTs. En concreto, tengo entradas de conciertos, videojuegos, discos de música, obras de arte, otras zapatillas… Todo aquello que me gusta.

El metaverso se basa en la comunicación. Es la misma idea de Instagram pero a lo grande. Todo lo que tengo en el mundo físico, puede tener un NFT y gracias a ello yo lo podré mostrar en el metaverso. A los seres humanos, en líneas generales, les encanta el postureo, y les encanta comunicarse. ¿En serio alguien no le gustará vivir Internet de la forma más parecida a la vida real? ¿En serio a los humanos de dentro de unos años no les gustará presumir y mostrar orgullosos los productos que tienen en su casa del metaverso?

Pues hemos visto mil y una cosas en esta clase… Blockchain, DApps, NFTs, Metaverso… Suena muy bonito pero… ¿cuál es la situación de todo esto a día de hoy, en diciembre de 2021?

Estado de la Web 3.0 en 2021

Personas celebrando 2021
¿Quieres saber cuál es el estado de la Web 3.0 en 2021? ¡Sigue leyendo!

En todo lo que te he contado hay una parte que ya existe (con mil y un problemas) y una parte de visión, es decir, cómo yo en base a mis conocimientos de Web 3.0 creo que va a ser la Web 3.0. Como puedes observar, todo aún es muy incipiente.

El estado de la Web 3.0 en 2021 es de caldo de cultivo. Pero sólo eso. Digamos que se sigue investigando en construir una blockchain que cumpla con los tres requisitos que se quieren de una blockchain: que sea descentralizada, segura y escalable. Incluso hay gente que afirma que es imposible que una blockchain cumpla las tres características a la vez. Con escalable nos referimos a que puedan hacer un gran volumen de transacciones por segundo. Y, añadiría otra característica: respetuosa con el medio ambiente.

A día de hoy, para el usuario de a pie, la Web 3.0 es sólo un enorme casino en el que invertir (o jugar, ya que la gran mayoría carece de los conocimientos más básicos de inversión) dinero. Y, en el mejor de los casos, jugar al primer videojuego del mundo cripto que ha tenido un gran éxito, Axie Infinity. Es cierto que ya hay blockchains dónde se pueden implementar DApps. Sin embargo, el gran público aún no usa ninguna. Todo es muy incipiente, la usabilidad para el usuario no sumergido en el mundo cripto es pésima (para una app, usuario, contraseña y logueado; para una DApp, hay que dar varios pasos más complejos y largos que simplemente crearse una cuenta de una determinada aplicación que hacen este camino empinado y complejo para el gran público) y, como resultado, las personas siguen usando las aplicaciones tradicionales de la Web 2.0. Los NFTs a día de hoy aún tienen pocas aplicaciones (sólo de propiedad digital, pero aún no permiten la gran cantidad de cosas que deberían permitir en el futuro) y el metaverso es simplemente una visión, porque aún no tenemos la tecnología necesaria para ello. Por ejemplo, las mejores gafas de Realidad Virtual del mercado son tremendamente caras, inasequibles para el gran público.

Por tanto, el futuro es prometedor, y queda mucho camino hasta que la Web 3.0 llegue al gran público, pero por ahora sólo existen buenos proyectos y una tremenda especulación similar a la vivida en la Burbuja de las Puntocom allá a finales de los años 90 del pasado siglo.

¿Qué evolución podemos esperar de Web 3.0 en 2022?

Imagen de una agenda dónde aparece escrito 2022
¿Quieres conocer cómo puede evolucionar la Web 3.0 en 2022? ¡Sigue leyendo!

La evolución que podemos esperar de Web 3.0 en 2022 debería de ser superior a la que hemos tenido en este 2021. Cada vez hay más hype, cada vez el mundo cripto mueve más dinero y las grandes compañías quieren meterse ya para no quedarse atrás, y empezar a investigar las posibilidades que la Web 3.0 puede darles.

En cualquier caso, es de esperar una evolución dónde se vayan solucionando los múltiples problemas que tiene la Web 3.0 a día de hoy. Y la prioridad es conseguir blockchains descentralizadas, seguras, escalables, responsables con el medio ambiente y usables para el usuario final. Es de esperar avances en este sentido, evidentemente no tengo ni idea de cómo de grandes o de potentes serán los avances conseguidos.

Por otro lado, también es de esperar una gran inversión en todo lo que tenga que ver con el metaverso, investigación en mejoras de la realidad virtual, investigación en el hardware necesario a fin de mejorar su potencia y abaratar costes…

Y, por supuesto, es de esperar que surjan nuevas tecnologías o elementos que podamos añadir a este caldo de cultivo que tenemos de Web 3.0 actualmente.

En cualquier caso, que nadie se haga ilusiones: la Web 3.0 no va a ser algo de uso común para el usuario ni en 2022, ni probablemente tampoco en 2023. Si yo me tengo que mojar, no creo que empecemos a ver algo mínimamente sólido hasta 2027-2030 como pronto. Eso sí, ¡qué maravilloso poder vivir todo esto, igual que nuestros padres vivieron el nacimiento de Internet!

Disclaimer sobre Web 3.0

Persona gritando con un altavoz
Sigue leyendo para saber qué puedes esperar y qué no de este curso de Web 3.0…

Consideraba necesario añadir este disclaimer ya que hablamos de Web 3.0 y como decía el gran público le da a Web 3.0 el significado de un gran casino dónde forrarse (perder dinero no entra en su ecuación). Entonces, vamos a aclarar algunas cosas:

  • Nada de lo que escriba es un consejo de inversión. En este curso vamos a explorar la tecnología subyacente a la Web 3.0, NO es un curso de cómo ganar dinero en criptomonedas, ni un curso de trading con criptomonedas ni nada por el estilo. Por tanto, si tú decides invertir en base a algo que has leído en el curso, inviertes por tu cuenta y riesgo, y no me responsabilizo en absoluto de lo que puedas ganar o perder y de las consecuencias que ello te pueda acarrear. Tus decisiones, tu responsabilidad.
  • Como consejo básico, si vas a invertir (porque sé que mucha gente llegará aquí pensando en invertir en Web 3.0) sólo te puedo decir que sólo inviertas en aquello que conozcas y comprendas, y siempre un dinero que te puedas permitir perder. Aún así, repito, tus decisiones, tu responsabilidad. No me responsabilizo de nada.
  • Repito esto porque habrá personas que sigan pensando que en este curso tienen cabida temas relacionados con inversión. NO. Es un curso acerca de los fundamentos tecnológicos de Web 3.0. Tecnología SÍ. Inversión NO. Y no por nada, sino simplemente porque no es el tema de este curso, punto.
  • Ahora que ya tenemos claro que es un curso de tecnología, lo más importante que te voy a pedir: mente abierta y espíritu crítico. La visión que yo te he mostrado de Web 3.0 es una visión, pero nos falta mucho camino por recorrer. Piensa si le contabas a alguien acerca de tu visión sobre las redes sociales en 1995. Probablemente se reiría en tu cara. Pues esto lo mismo. Mi visión posiblemente tiene cosas más cercanas y otras cosas más lejanas a la realidad de lo que podremos vivir en las próximas décadas. Pero lo importante es ir aprendiendo y estudiando acerca de la Web 3.0 actual, e ir siguiendo como evoluciona, e incluso colaborando en su evolución si te apetece. Hay que ser consciente del potencial, pero también consciente de que la Web 3.0 a día de hoy es un bebé en pañales. En este curso, aunque te he contado mi visión sobre el futuro de Web 3.0, no vendemos humo. Por ello, en el resto del curso abordaremos lo que hay, lo que ya existe, lo que está anunciado que se va a implementar. Consideraba que una introducción así era necesaria, para tener una visión global del pasado, del presente y del potencial futuro que tiene Web 3.0. Pero sólo eso. Humo NO. Fundamentos técnicos y reales de Web 3.0 SÍ.

Tras esta introducción, ¡no puedo aguantar a seguir explorando con vosotros/as los fundamentos técnicos de Web 3.0 en las siguientes clases!

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Te podría haber recomendado un libro más técnico, pero si vas a aprender de este mundo (que está formado por personas, como todos) este libro me parecía un librazo para empezar a sumergirse en el mundo de las criptomonedas.

Los Multimillonarios del Bitcoin es un libro que narra la historia real de los gemelos Winklevoss, que consideran que Zuckerberg les robó la idea de Facebook. Tras enfrentarse con él en juicio y ganar el mismo (y una abundante cantidad de dinero, evidentemente), ¿por qué no relajarse en Ibiza? Pues bien, allí conocieron a una persona que les hablaría de criptomonedas y, como buenos early adopters, decidieron invertir. Pero este libro no narra la bonita historia de cómo forrarse con criptomonedas, si fuera sólo eso no te lo habría recomendado.

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